Después de mi publicación sobre la fertilización in vitro (y la posición de Donald Trump al respecto), muchos Católicos me han preguntado por qué es pecado grave acudir a este método si el fin es bueno: Tener hijos.
Desear tener hijos es muy bueno y aunque la intención sea noble, el fin para la realización de ese deseo (a veces frustrado por la infertilidad) no justifica los medios.
He visto de cerca el dolor de muchos matrimonios que no pueden concebir y me compadezco por ellos…es una cruz muy grande que puede llevar a los matrimonios a la santidad o a la desesperación.
“CONCEBIDOS POR LA CIENCIA”
Muchos Cristianos desconocen lo que el método artificial de fertilización in vitro implica y por eso acuden a el, lo defienden o promueven. Stephanie Gray, autora del libro “Conceived by Science” 🧬 explica lo que la FIV realmente es.
La fertilización in vitro (FIV) es un tratamiento de reproducción asistida que consiste en unir óvulos y espermatozoides en un laboratorio para crear embriones (bebitos). Detrás de esto hay una industria multimillionaria y todo un proceso sin ética y gravemente inmoral:
La FVI destruye de facto la sacralidad del acto sexual, diseñado para la procreación natural y la unidad de los esposos.
Las clínicas FVI cobran miles de dólares a parejas infértiles. Este método tiene un alto índice de fracaso.
Muchas mujeres infértiles (especialmente mayores de 40) consumieron por muchos años pastillas anticonceptivas que reprimieron y destrozaron su fertilidad.
La mayoría de clínicas FVI ofrecen pornografía a los hombres para que se masturben en la clínica y así obtener las pruebas de semen necesarias para el procedimiento.
A las mujeres se les extraen óvulos que eventualmente son cultivados y fecundados con los espermatozoides de su marido (o actual pareja).
Usualmente el problema de infertilidad es del hombre o la mujer lo cual conduce a algunas parejas a optar por la adquisición de óvulos o espermas de donadores desconocidos.
Para incrementar el “éxito del tratamiento”, se fecundan por lo menos 8 óvulos que se convierten en embriones (seres humanos) para ser implantados en el útero de la mujer de 2-en-2 hasta lograr el embarazo.
Los embriones que se implantan en el útero pasan por un proceso de selección (eugenesia pura). Los embriones genéticamente más sobresalientes son los elegidos. Los otros son inmediatamente destruidos (matados) o congelados.
Si la mujer logra el embarazo en la primera o segunda implantación, el resto de embriones (bebitos) son desechados (matados) por petición de los padres o son usados para experimentos científicos (compra y venta) o son congelados (solo si los padres pagan la renta del congelador).
Muchas parejas se quejan porque más de un embrión se implantó, lo cual provoca hijos multiples en un solo embarazo.
Se estima que solo en EE.UU. hay más de UN MILLÓN de bebés congelados.
Las cifras de divorcio aumentan en USA lo que implica que por lo menos 50% de las parejas que acudieron a FIV terminarán en divorcio y por lo tanto la suerte de los bebés congelados depende del padre/madre que los reclame o terminan siendo hijos de nadie.
La FIV ha abierto las puertas al tráfico humano (compra y venta de bebés) a través de los vientres de alquiler - hoy tan explotados especialmente por parejas homosexuales.
Como ven, la FIV no es tan linda como la pintan. Nuevamente, aunque el fin sea noble, los medios no justifican semejante aberración. Cuando la humanidad quiere ser como Dios, termina auto destruyéndose.
Es importante que la gente se informe, lea el Catecismo (2377) para que entienda que la Iglesia no se inventa reglas para molestar a la gente sino para proteger la dignidad del ser humano, cuidar de la vida y procurar la salvación de almas.
También es importante que los matrimonios sepan que hay ayuda médica ética y más natural para asistirles en sus necesidades de fertilidad: Tecnología NaPro, es un claro ejemplo. Además, de esto, recuerden que la adopción siempre es una noble y generosa opción.
"Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no me haré esclavo de nada." 1 Cor. 6, 12. Tengamos siempre presente que los hijos no son un derecho, sino un don de Dios, dueño de la vida.
PS: Si eres Católico/a y has acudido a este tipo de procedimientos por falta de formación pero ahora comprendes la gravedad, busca la misericordia de Dios en el sacramento de la confesión. Pide a Dios su perdón, sanación y bendición para ti y los tuyos. El Señor es infinito en misericordia. Confía en Él.
Veronica Flamenco X- Tweeter Instagram
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